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CÓMO PUEDEN LAS COMUNIDADES ESCOLARES PREVENIR EL SUICIDIO

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El colegio es el lugar ideal para prevenir de manera temprana conductas suicidas en niños y niñas, según señalan estudios nacionales e internacionales. Por el eso el Ministerio de Salud publicó una guía con pautas para detectar factores de riesgo y saber cómo enfrentarlos.

El documento está dirigido principalmente a educadores, padres y a las comunidades escolares en general. Fue elaborado junto con expertos, académicos e investigadores, fundaciones, organizaciones no gubernamentales y el Ministerio de Educación para elaborar propuestas de estrategias preventivas que puedan ser implementadas por comunidades educativas.

La guía de Recomendaciones para la prevención de la conducta suicida en establecimientos educacionales fue elaborada basándose en la evidencia nacional e internacional disponible. Al mismo tiempo recoge las experiencias exitosas que el Programa Nacional de Prevención de Suicidio ha ido acumulando en su trabajo con escuelas y liceos del país.

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Aquí te presentamos un resumen de los principales puntos:

Poblaciones más vulnerables

El análisis plantea que a los estudiantes provenientes de pueblos indígenas, migrantes o que se identifican como lesbianas, gays, bisexuales, trans o intersex (LGBTI) se les debe prestar especial atención, por presentar una mayor vulnerabilidad asociada a factores de riesgo dados por la exposición a discriminación.

 

Mitos y verdades que identifica el documento

Si se quiere suicidar, no lo dice.

Falso. La mayoría de quienes se suicidan han advertido sus intenciones.

 

Quien dice que se va a suicidar, no lo hace.

Falso. Las personas que piensan en suicido suelen encontrar la forma de comunicar su dolor, a menudo hablando en forma indirecta sobre sus intenciones.

 

Si se hubiese querido matar, utiliza un medio más letal

Falso. El método elegido para el suicidio no refleja los deseos de morir de quien lo utiliza.

 

Quienes intentan suicidarse, sólo intentan llamar la atención

Falso. Son personas que sufren y no encuentran otra alternativa, salvo atentar contra su vida.

 

Señales directas o indirectas de alarma

  • Buscar modos para terminar con la vida

Búsqueda de información en internet, intentar acceder a armas o pastillas y planear el suicidio, como el lugar o el medio.

  • Realizar actos de despedida

Se distinguen acciones como enviar cartas o mensajes por redes sociales, dejar regalos o hablar como si ya no fuera a estar presente.

  • Conductas autolesivas

Autoinfligirse cortes, quemaduras o rasguños en partes del cuerpo.

  • Describir deseos o situaciones complejas

Hablar sobre un deseo de morir, herirse o matarse. Describir sentimientos de desesperación o de no existir razones para vivir. Sensación de sentirse atrapado o sufrir un dolor que no puede soportar. Ser una carga para otros o el responsable de todo lo malo que sucede.

  • Advertencias indirectas

Alejamiento de la familia, amigos y redes sociales. Se aísla y deja de participar. Caída en rendimiento académico. Cambios de carácter, ánimo o conducta. Deterioro de la autoimagen. Cambios en los hábitos de sueño o alimentación. Mostrar ira, angustia incontrolada o hablar sobre la necesidad de vengarse.

 

Factores de riesgo

  • Intento suicida previo

Casi un tercio de las personas que cometen suicidio habían tenido un intento previo. Y mientras más graves los intentos y la intención de ocultarlos, mayor es el riesgo.

  • Trastorno mental

Se estima que el 22,5% de los niños y adolescentes en Chile presenta algún trastorno mental, sea depresivo bipolar, esquizofrenia, consumo de alcohol y drogas o conductual. Estos son uno de los mayores factores de riesgo.

  • Conductas Autolesivas

Son actos intencionales de daño sobre el propio cuerpo, sin clara intención de acabar con la vida, que buscan aliviar el malestar psicológico de la persona. No es un trastorno, pero alerta un problema de salud mental.

  • Acoso escolar y ciberacoso

Según cifras del Mineduc, uno cada 10 estudiantes ha sufrido acoso escolar, y de ellos, casi un 25% sufre algún tipo de agresión a diario. Esas conductas aumentan la vulnerabilidad de los estudiantes.

  • Uso de alcohol y drogas

Estos elementos son usados por jóvenes como “automedicación” para aliviar dolores emocionales por situaciones conflictivas, impidiendo su adecuado afrontamiento, lo que afecta más su estado de ánimo.

  • Rendimiento y disciplina

Situaciones complejas como un bajo rendimiento o repitencia, sanciones disciplinarias como la suspensión o la expulsión, junto con el temor a la reacción de los padres actúan como precipitantes de la conducta suicida.

 

El semáforo del peligro y las estrategias para enfrentarlo

La guía del Minsal incluye una pauta de preguntas para evaluar la eventualidad de una conducta suicida. A partir de las respuestas se define la condición y manejo del estudiante.

Situación de riesgo

  • Se debe informar al área de convivencia interna respecto del diagnóstico.
  • Contactar a los padres o cuidadores, informarles la situación y recomendar que el estudiante reciba una atención de salud mental.
  • Entregar una ficha de derivación hacia un centro de salud.
  • Realizar un seguimiento al estudiante.

Riesgo medio

  • Informar al director y contactar a los padres. Requerir una atención de salud mental en no más de una semana.
  • Derivación a centro de salud y apoyar proceso de referencia.
  • Hacer seguimiento y asegurarse de que el estudiante recibió atención.
  • Recomendar medidas de seguridad en caso que durante la espera de atención transcurra un fin de semana.

Riesgo alto

  • Informar al director y a los padres del estudiante, para que este reciba el mismo día una atención de salud mental. En caso de no encontrarse en horario hábil, concurrir a un Sapu o servicio de urgencia.
  • Tomar medidas inmediatas para el riesgo suicida, como nunca dejar solo al estudiante y eliminar medios letales del entorno.